¡Hola de nuevo!
Esperamos que la primera semana del 2013 haya sido un pequeño (gran) avance de lo que nos espera el resto del año... Si ha sido bueno. Si ha sido malo, pensad que tenéis aún 12 meses para mejorarlo.
Esta semana, voy a hablaros de mis libros favoritos, y de sus [no tan buenas] adaptaciones.
Empezaré con Pippi Calzaslargas.
Pippi fue mi compañera de aventuras durante toda la infancia. Yo también quería tener un caballo que viviera en el porche, y no tener horario de irme a dormir. ¿Qué niño no ha querido eso? Con Tommi y Anika de compañeros de juegos, y el árbol hueco que deja limonada las tardes de verano.
Desde la base que el libro es poco realista -niñas que levantan caballos y tienen cofres de oro-, este cuento infantil de Astrid Lingdren es una de los libros más maravillosos para la infancia. Aunque te deje con ganas de aventura, y con ganas de no crecer nunca -¡incluso más que Peter Pan!- es un compañero perfecto para cualquier tarde del año.
En cuanto a su adaptación... Bien, justamente esta es una que me gusta. No hablaremos de la película, sino de la serie televisiva que se emitió 1969. Esta serie hizo a Pippi Calzaslargas uno de los personajes más conocidos de la televisión. Con sus trenzas naranjas alzadas al aire y sus calzas largas, Pippilotta se metió en los hogares de cientos de niños de todo el mundo. Esto hizo que la cara de la actriz Ingir Nilsson se hiciera un recuerdo entrañable en nuestra memoria.
Sinceramente, si quieres recordar la infancia, no dejes la oportunidad de ver los capítulos de esta serie entrañable.
¡Feliz comienzo de semana!
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